Cuando estoy en el altar, no soy presidente de nada: soy el mismo Cristo! – San Josémaria

Conocida es la anécdota de una tertulia que tuvo lugar en 1973 en Roma, en que San Josemaría, junto con recalcar la naturaleza sacrificial de la Misa frente a quienes pretendían presentarla como un mero banquete, proporcionó un poderoso argumento en favor de la celebración ad Orientem:

“[…] la Santa Misa es la renovación incruenta del Sacrifico divino del Calvario. ¡Nada de cenas ni de comidas! El sacerdote es Cristo. Cuando yo estoy en el altar no soy presidente de nada: soy el mismo Cristo; le presto mi pobre cuerpo y mi voz. Por esto, cogiendo el Pan, digo: esto es mi Cuerpo. Y tomando el Cáliz del vino, digo: esta es mi Sangre. Es muy hermoso que el sacerdote esté de espaldas a los fieles: porque no podemos, con nuestra pobre cara humana, representar la faz divina de Jesucristo».


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